Persia

La civilización que probablemente haya influido más en la cultura occidental fue la persa. Midiendo unos 4000km de este al oeste, incorporó tres de las civilizaciones importantes anteriores, Sumeria, Egipto e Indio, además de una parte de Grecia. El imperio persa tuvo un dominio cultural y religioso (a través del zoroastrismo). Definió las ideas de la segunda parte del primer milenio (La Edad Axial) e influyó en los albores de las tradiciones griegas y judeocristiana

 El Imperio Persa

La capital religiosa del la civilización Persa se llamaba Parsa (Persepolis es el nombre en griego.) Se construyó hace 2.500 años y, como la capital ceremonial del Imperio más grande de su tiempo, también era la ciudad más rica del mundo.

Sabemos poco sobre los Persas de su propia mano. Muchos de los datos que nos han llegado son de sus invasores, los Griegos.

Ciro, un líder tribal de los nómadas que vivían en la planicie persa, juntó un ejército y partió en 550 a.C. a la conquista de territorios. A cabo de 30 años controlaba los principios de un imperio que se extendería desde el Indo al este hasta Macedonia al oeste e incluía Egipto y Etiopía. Es decir recogía, geográficamente, las civilizaciones precedentes del Indo, Sumeria y Egipto. Tenía varias capitales, dependiendo de las estaciones del año: Babilonia, Susa, Ecbatana y Persepolis. Esta última se construyó por Darío alrededor del 515 a.C.

En los años 30 los arqueólogos redescubrieron la ciudad que había sido enterrada bajo la arena durante dos mil años. Entre escaleras triunfales y esculturas murales encontraron unos 30.000 fragmentos de arcilla con inscripciones en cuneiforme, la antigua escritura persa. Son facturas de los pagos a los trabajadores del Imperio. De ellos se pueden deducir los materiales que decoraron los edificios: cedro para los techos y puertas doradas. Era un conjunto imponente pero armónico con un propósito claro. Según se deduce de los relieves escupidos en sus muros de piedra la función de Parsa era recibir los regalos de los diferentes pueblos del imperio en un ritual. No era una capital militar sino primordialmente un lugar simbólico y ceremonial que representaba el corazón del imperio y dónde sus pueblos mostraban su lealtad al rey.

Los Griegos nos han dejado una imagen de Persas violentos que gobernaban con un puño de hierro.

Sin embargo los relieves de Persepolis cuentan una historia diferente. Enseñan una cultura de paz y armonía, sin escenas de batallas o violencia. Las inscripciones muestran declaraciones de paz, no de guerra. Los pueblos del imperio eran libres de practicar sus costumbres y religiones. El libro bíblico de Esdras ofrece una narrativa independiente sobre esto. En el primer capítulo alaba a los Persas por liberar a los judíos de la esclavitud y dejarles libertad de culto. De hecho en 538 a.C. Ciro liberó los hebreos del cautiverio en Babilonia y les otorgó un estatuto de semiautónoma. (Quizás por razones políticas: como estado tapón contra los egipcios.) De todos modos la superpotencia persa es única en el mundo antiguo por su régimen liberal. Su lema podía haber sido: paga tus tributos y sigue tus creencias. De esta manera el imperio multicultural pudo durar 250 años.

De todos modos no se gobierna un área que mide 4000 kms de este a oeste únicamente con tolerancia. Una red de comunicaciones por carretera aseguraba que el poder central se mantuviese informado sobre el imperio. La famosa Camino Real persa, que después se convirtió en parte de la ruta de la seda, se extendió desde Persepolis hasta Souza, con desvío a Babilonia, luego 1.500 km al oeste hasta Éfeso, al este hasta la India y al sur hasta Egipto. (Irónicamente la conquista de Persia por Alejandro Magno fue facilitada por esta red de carreteras.)

Las informaciones desde diferentes partes del imperio se llevaban a los gobernantes por un sistema de 'pony express' que utilizaba jinetes y postas, según leemos en Herodoto. Estas paradas, vigiladas por soldados persas, también servían como albergues seguros para comerciantes y viajantes. Así se facilitaba el intercambio de bienes e ideas por todo el imperio.

En 334 a.C. Alejandro Magno invadió el imperio persa y, usando tácticas militares superiores, venció en batallas hasta llegar al corazón del imperio, Persepolis. Como lugar ceremonial la ciudad no tenía fuerzas militares para defenderla así que la toma fue fácil. En un acto vandálico Alejandro decidió destruirla, quizás para aniquilar a su enemigo simbólicamente, o quizás simplemente porque los invasores griegos eran los hooligans de la antigüedad. (Ironía: eran los griegos quienes inventaron la palabra 'bárbaros' para designar a cualquiera que no hablaban su idioma.)

Afortunadamente la destrucción de Persepolis por fuego protegió la ciudad bajo una capa de cenizas durante 2.000 años. Así, cuando los arqueólogos lo excavaron en los años 30 encontraron ruinas con relieves y tabletas de arcilla intactas. Por eso sabemos que futuras civilizaciones, como la griega, copiaron los jardines formales persas, su arquitectura ceremonial y su sentido del lujo.

Quizás la hazaña persa más grande fue el mismo imperio, la primera superpotencia global de la historia, basado en el respeto y tolerancia de otras culturas. Pocos países imperiales desde entonces han llegado a su nivel.