La civilización en China fue la última en desarrollarse al mundo antiguo. Fue sobre el año 2000 antes de nuestra era, mil años después de los Sumerios en Iraq. Pero tenía valores propios: el orden moral sostenido por la virtud, los ritos y reverencia por los ancianos.
La civilización china creció en las orillas de un río, como la sumeria, la egipcia y la india. La dinastía Zhang estableció su capital al lado del río Anyang. El poder político no se basaba en el control de la naturaleza sino en él del pasado. La última ciudad de la dinastía se quemó en 1100 a.C. pero los arqueólogos han encontrado los fundamentos de su civilización: huesos. Eran huesos con mensajes inscritos, oráculos empleados por los chamanes Zhang para comunicarse con los espíritus ancestrales. Estos mensajes forman el principio del libro de la sabiduría china, Il Ching. Era a través del poder mágico de la escritura que se podía llegar a los antiguos espíritus. En efecto la palabra para civilización en chino es "wén"(escritura). En el principio civil chino existía el verbo.
El segundo descubrimiento en Anyang era los bronces. Usados para sacrificios y comidas rituales, sus inscripciones cuentan el culto de los ancestros y sus linajes. Era la posesión de estas cosas, el correcto seguimiento de los ritos, el monopolio del bronce y la escritura que daban acceso a la sabiduría de los ancestros, la base del poder político. Mientras el gobernante fuera justo y cuidaba de su gente tenía el Mandato del Cielo (gobernaba por la gracia de dios).
La figura monumental en la historia china es Confucio. Fue él que transformó la magia de la edad de Bronce a una concepción del estado como orden moral sostenido por la virtud y ritos. Existió en la era del 'Axis' cuando Buda, los presocráticos y los profetas judíos vivían. No fue un líder religioso sino un codificador de las tradiciones chinas en historia, poesía y ritos. Sus enseñanzas fueron los ideales de gobiernos chinos durante dos milenios. Su mensaje era sencilla y original: se construye una sociedad justa y estable con la bondad. Insistía en que no se nace bueno, es algo aprendido, sobre todo por los gobernantes. Era una llamada a la cultura del autocontrol en una sociedad moral unida por el respeto y la confianza en el otro. Era también una visión antiautoritaria porque la ideología descansaba en los eruditos, no los emperadores que tenían que someterse a la regla de oro si no querían perder su Mandato del Cielo.
Los antiguos chinos creían que la tierra, la naturaleza y el cosmos hacían parte de un orden natural armonioso, el Dao o camino. El Daoísmo, o Taoísmo, es la búsqueda de este camino recto. Forma el ying místico con el sentido común del yang confucionista. La cultura de Occidente entiende la Naturaleza en términos de control y explotación; para los chinos es la fuente de toda armonía y equilibrio. Pensaron que era nuestro deber comprender esta armonía a través del arte y la religión y seguir el fluir de la Naturaleza.
Hasta el año 200 de nuestra era la civilización china se desarrolló aisladamente del resto del mundo, quizás porque el desierto del Gobi les separaba de las civilizaciones establecidas al Oeste. Entonces Las Rutas de la Seda establecieron contactos comerciales y espirituales con Asia Central, la India y Persia. La cultura espiritual china nunca desarrolló una teología elaborada y la idea de un Dios personal es ajena a su pensamiento. Pero el budismo con su mensaje ateo y su cuidado de los ritos se enraizaron en China. Formaba la tercera corriente religiosa de la civilización china junto con la sabiduría confucionista y el misticismo taoísta.
A partir de los años 600 la dinastía Tang (que tenía su capital en Sian, la ciudad más grande de aquel mundo,) envió eruditos a la India para recoger textos auténticos y reliquias de Buda.
Las Rutas de la Seda trajeron una multitud de comerciantes de diferentes persusiones a la ciudad: Musulmanes, Cristianos y Judíos de Siria e Iraq, Zoriastrianos de Irán y Asia Central, bailarinas persas, faquires hindúes... era la Alejandría china. La dinastía Tang acabó en revueltas sociales y revolución.
A 650 km al este de Sian a orillas del río Amarillo está Kaifeng. En el siglo 11 era la capital de la dinastía Song que vivió una edad dorada. Sus logros eran amplios desde tecnología e industria hasta arte, poesía y literatura. Con la imprenta pudo diseminar sus creaciones por todo el este de Asia. Otra característica de la civilización Song fue el culto del espíritu Se apoyó en los ideales de Confucio de autodesarrollo y espiritualidad seglar convirtiéndolas en un sistema de exámenes con el objetivo de asegurar que sólo los mejores podían aspirar a puestos de poder. Esta filosofía dominaría el este de Asia durante el siguiente milenio y es la base cultural del éxito de estados modernos como Japón y Corea aún esencialmente confucionistas.
Otra gran aportación de la China a la humanidad fue su cocina. Como su medicina, la cocina china se basa sobre antiguas teorías de armonía, equilibrio, los cinco sentidos y el ying y yang. Es una marca de civilización que los chinos desarrollaron mucho antes de los europeos a los cuales exportó su saber hacer en cocina, primero a Italia por Marco Polo y desde allí a Francia por Catarina de Medici.
El concepto clave de la civilización china siempre ha sido la búsqueda de armonía en todas sus manifestaciones. El camino a esta sabiduría de Confucio empezaba con la magia de la escritura. Pero en el siglo 15 esta visión del mundo empezó a cambiar. El almirante Zhang embarcó en unos viajes de descubrimiento. La flota llegó a Cochina, en Kerala, al sur de la India. Era un punto de encuentro entre occidente y oriente y puerto tradicional de comercio entre la India y la China intercambiando pimiento negro y especies por porcelana y seda. Desde aquí Zhang exploró África del este, el Golfo Pérsico y hasta la misma Meca. Faltaría un siglo para que Vasco da Gama entrará a las mismas tierras. La exploración china podía haber cambiado el curso de la historia pero de repente los burócratas imperiales chinos prohibieron más viajes y a pesar de su rica potencial en comercio las naves fueron destruidas y sus cuadernos de bitácora destruidos. Es uno de los grandes misterios de la historia. ¿Fue debido a una mentalidad cerrada e ignorante o a la vuelta a los orígenes: una mirada hacia dentro buscando la armonía tradicional aceptando las limitaciones sobre los deseos?
Ahora la dinastía Ming construyó una nueva capital en Beijing y reforzó la gran Muralla contra los Mongoles. El cambio de rumbo de la gran civilización china se guarda en los manuscritos de la enciclopedia en la Biblioteca Nacional de Beijing. Son 70.000 volúmenes sobre el pasado. Mientras tanto Bacón, Newton y Descartes estudiaban no cómo perfeccionar el pasado, sino cómo controlar el futuro.
Algunos intelectuales chinos promovieron una actitud más abierta hacia el conocimiento. Los textos de Confucio, decían, eran guías para la vida pero también textos históricos. La historia tenía que ser una lección para el futuro, no simplemente un recuerdo del pasado. En efecto al principio del siglo 19 China estaba a punto de entrar en contacto con una cultura cuya visión de la historia era diametralmente opuesta a la suya. Los europeos eran judeocristianos y creían que la historia tenía un sentido y que llevaba a un fin dónde ellos serían ganadores. Ya en el siglo 18 el mar del sud de la China era frecuentado por portuguesas, españoles, holandeses y británicos. Todos llevaban invenciones chinas a bordo - la pólvora, el timón, la brújula magnética, mapas en papel, tinta... Se instalaron en colonias dónde comerciaban con bienes, incluido los ilícitos como el opio. Esto culminó en la Guerra del Opio cuando al siglo 19 se traficaba ilícitamente desde Cantón porque el opio era prohibido en China. Los británicos establecieron un triángulo comercial infernal con opio de sus colonias en Afganistán y la India intercambiado en la China por té. Pero todo se pagaba con plata británica. Esto arruinó no solo la salud de muchos chinos sino la misma economía china. (Tiene un paralelismo en el triángulo del comercio de esclavos en el siglo anterior, entre Europa, el Caribe y África.) En las dos guerras del opio la flota china quedó completamente destrozada usando, irónicamente, invenciones chinas.
En 1949, después de años de hambruna, guerras internas y dominación extranjera llegó la revolución comunista a la China. En el libro antiguo de adivinación chino hay un dibujo titulado Revolución. Dice que en caso de una revolución hay que evitar 2 errores: apresurarse demasiado y usar fuerza excesiva. Lo que se haga debe corresponder a una verdad profunda porque una revolución que no se basa en una verdad interior fracasará. El pueblo sólo soportará lo que le parece justo en su corazón. Esto es el sentido final del Mandato del Cielo.
Tianmen, símbolo de la revolución democrática, fue un fracaso gubernamental. Veremos si Hong Kong es diferente.